Este tratamiento, conocido como efecto flor de loto, hace que las moléculas de líquidos no tengan tensión superficial suficiente como para expandirse y mojar el tejido. Sainz cuenta que este tratamiento funciona tanto para líquidos de base acuosa como pueden ser el café, vino o refrescos y también para líquidos en base oleosa, como salsas o kétchup, así como para alcoholes.