Mohamed Salah volvió a escribir su nombre en los libros de historia del fútbol egipcio al marcar un impresionante hat trick en el amistoso disputado contra Tanzania. El encuentro, celebrado en Alejandría ante un estadio lleno, no solo sirvió como preparación para la próxima Copa Africana, sino también como escenario perfecto para que la estrella del Liverpool rompiera un nuevo récord goleador con su selección. Entre los cánticos y celebraciones, no faltaron los aficionados luciendo camisetas fútbol baratas 18 euros, testimonio de una pasión que se extiende más allá del terreno de juego.

El partido comenzó con un dominio absoluto de Egipto. Desde el primer minuto, el equipo dirigido por Rui Vitória se plantó en campo rival y buscó explotar la velocidad de sus extremos. Salah, jugando con total libertad por la banda derecha, fue un constante dolor de cabeza para la defensa tanzana. Su primer gol llegó al minuto 14, con un zurdazo cruzado que dejó sin opciones al arquero.
El segundo tanto no tardó en llegar. Tras una combinación rápida en la frontal del área, Salah recibió el balón, hizo un recorte hacia adentro y definió al ángulo. La grada estalló en júbilo, sabiendo que estaban siendo testigos de una noche especial. El delantero del Liverpool celebró levantando los brazos al cielo, emocionado por la conexión con su gente.
Tanzania, sin respuesta ante el vendaval ofensivo, apenas logró pasar la mitad de la cancha. La defensa egipcia cortó cada intento de contraataque, permitiendo que el equipo siguiera atacando con comodidad. El tercer gol de Salah, y el que rompió el récord de máximo goleador en partidos amistosos con Egipto, llegó tras un penalti bien ejecutado al minuto 65. Con ese tanto, superó una marca que había estado vigente por más de dos décadas.
El encuentro terminó 4-0 a favor de los faraones, con un gol adicional de Mostafa Mohamed. Pero todas las miradas estuvieron puestas en Salah, cuya actuación reafirma su papel de ídolo nacional. El técnico no dudó en elogiarlo, calificándolo como “un referente dentro y fuera del campo”.
Para Salah, estos partidos son más que simples preparaciones: son momentos de reafirmación personal y de conexión con sus raíces. Su compromiso con la selección egipcia va más allá del fútbol, representando la esperanza y el orgullo de todo un país.