Debido a ello, España pasó a incorporarse a un torneo de consolación para dilucidar las medallas de plata y bronce entre el resto de los equipos participantes. Se disputó dicha nueva fase entre los combinados que no habían alcanzado las semifinales anteriores, enfrentándose España en esta primera ronda de consolación a Suecia. En este partido, disputado el 1 de septiembre de 1920, surgió la histórica frase de José María Belauste, que decía «Sabino; a mí el pelotón, que los arrollo».